A lo largo de estos años, he temido muchos aciertos y también he cometido montones de errores a la hora de escoger las técnicas o herramientas para tratar diferentes problemáticas. y es precisamente eso, lo que me ha servido para aprender miles de millones de trillones de formas de cómo no hacer una terapia (a lo mejor estoy exagerando un poco 🙂 ).
Cuando era estudiante, solía pasarme los veranos estudiando en la casa de verano de mi abuela (siempre me quedaban asignaturas para septiembre) junto a toda mi familia y sin duda, una de las cosas que mejor recuerdo es la ya famosa frase de mis tías: «Jorge, tu sabes mucho de teoría, pero te falta experiencia». Y era verdad. Me faltaba experiencia, principalmente porque por aquel entonces estaba estudiando y nunca me había enfrentado a una terapia.
Creo que la experiencia es algo fundamental en nuestra vida, dado que sin ella no hay aprendizaje. Pero también creo que la experiencia sin una buena base teórica, tiene menos sentido aún.
Ej: Saber conducir un coche no implica que sepas cómo funciona el motor, pero si sabes cómo funciona un motor, es muy probable que puedas sacarle mayor rendimiento a tu coche.
Con esto, quiero decir que toda la teoría que hayas aprendido en la universidad es realmente útil si quieres dominar la práctica clínica.
Si sabes que las técnicas cognitivo conductuales y las técnicas de psicología positiva son las más efectivas para el tratamiento de la depresión… y encima conoces su funcionamiento… y encima has aprendido a aplicarlas en la vida real, no habrá nada que se te resista a la hora de tratar a tus pacientes.
Doy por supuesto, que la razón de que hayas llegado a esta sección es porque quieres saber qué decir o qué hacer durante tus terapias y por tanto, conocer las técnicas de terapia más efectivas, los tratamientos más eficaces para cada trastorno o si la terapia cognitiva es más efectiva que la terapia conductual o que la terapia sistémica.
Pero estoy seguro de que, sobre todo, quieres saber cómo ponerlas en práctica.
Porque para la teoría ya está la universidad y los libros de Ellis, Beck, Miller, Fernández-Ballesteros, Festinger, Seligman…
La realidad es que, a pesar de lo que digan, no existe una técnica mejor que otra, sino pacientes con problemas, necesidades o personalidades diferentes y créeme que te resultará mucho más útil adecuar las técnicas de terapia a tus pacientes que adecuar a los pacientes a tus herramientas.
Si tienes una mesa negra y todo el resto de la decoración de tu casa en blanco y quieres hacer que combinen, ¿cambiarías el color de la mesa o el de toda la casa? Pues eso.
Una vez que esto ha quedado claro, es el momento de ponernos manos a la obra.